23.4.05

Calaveras de bisontes

La mitad de los enlaces que tengo llevan a blogs que están muertos o agonizantes. Me consta que algunos blogueros deciden cambiar de identidad de repente para que su diario siga siendo el de un anónimo, otros dejan de tener Internet en casa o en el trabajo y pierden el hábito. Otros, como me pasó a mí una vez, se encuentran en una situación personal en la que escribir no les ayuda en el día a día. Pero el panorama es triste, es como mantener en la agenda del móvil a una amiga que falleció, que me ha pasado una vez. Debe de ser propio de la naturaleza humana, y especialmente de la mía, el negarse a romper con todo y olvidar los buenos momentos.
A lo mejor el blog debería ser un campo de experimentación para la vida real, y tendría que empezar borrando esos enlaces. Pero no hoy. Tengo fe en que exista la Resurrección, de alguna manera.