28.6.04

¿Nun ye?

Llevo unos días sin postear nada, dejando que cuajen mis proyectos aparcados durante el curso, reordenando mi vida y poniendo a la gente en su lugar. Unas semanas de exámenes exitosos y fallidos, de frustraciones no superadas (ese piano...), de fiestas, alegrías y remordimientos, vacaciones, exposiciones, barbacoas y calima (no calimocho, :s).
Hoy ha sido un día completo. Visita fugaz al Rastro, a la exposición del PHE04 en la Fábrica de Tabacos. Esa visita ha tenido una importante carga emocional para mí, porque me abrió las puertas a ese edificio misterioso que veía todas las mañanas de camino al instituto. Ansiaba ver por dentro una fábrica del siglo XVIII, cuando la industria era aún incipiente y los déspotas reyes ilustrados daban a las factorías, el nuevo y prometedor motor del país, la categoría de palacios. En la exposición quedan aún restos de la maquinaria, tubos, contadores y válvulas. En la última planta un espacio diáfano sin apenas luz y un sonido tétrico. Estaba solo ante esa gran sala y me introduje en ella sólo arropado por la seguridad de estar en una exposición pública, porque por lo demás el entorno era bastante hostil. Me senté en un banco a ver imágenes de un hombe quedándose dormido hasta que mis ojos se acostumbraron a la luz, perdí el miedo, y por tanto la curiosidad. Pude entrar días antes en el jardín, aprovechando una reunión de la Red de Lavapiés. Una fuente y mucha vegetación descontrolada. Después a ver la exposición de arte-pop de Roy Lichtenstein y matando dos buenos pájaros de un tiro, Nouvel y Roy.

Por la tarde conducción hasta una casa en el campo, a salvar las plantas del golpe de calor. Mis fresas traídas de Bonn, que me costó 5 años aclimatar, han muerto por mi dejadez. Ya sólo quedan los fresones, que este año no producirán nada. El olor de la lavanda, el tomillo, la hierba seca y la tierra mojada. Vuelta a casa con mi "L", con el punto del embrague casi cogido.

Y ahora, mientras escribo estas líneas, la mala noticia cada vez más confirmada de que mis posibilidades con elvis son remotas... Como el título de un cuadro amarillo de la exposición Monocromos: N'est pas or tout ce qui brille.