On

Ha vuelto antes de lo esperable, Ilusio. Aún tengo su olor en la cabeza. No hay mal que por bien no venga y demás tópicos.

Feliz, coño.

Reset

Una fiesta de Erasmus era lo que me hacía falta.

Pensamientos desde el frigo-pie

Últimamente no he posteado mucho porque no tenía cosas nuevas que contar, nada nuevo por la cabeza. Todo esto tiene una fecha de caducidad y es de semana y media. Pero como no me lo pienso comer antes tampoco, hoy voy a sacar toda la basura de la frigo-mente para que caduque antes si cabe.

Ya está fuera toda la basura, ahora a esperar a que fermente para tirarla definitivamente.

Anuncio

En vista del éxito, creo que voy a poner el siguiente anuncio:

Busco chico moreno, alto y guapo. Mi mallor aspiración en la bida es vejetar en el siyón viendo Gran Hermano. Pero como mamá no me deja en paz, mientras tanto lo suplo en el gym y en Bershka.

Creo que básicamente es lo que me falta.

De vuelta (de todo)

Efectivamente, sujeto 1 no es maquiavélico, simplemente es tonto. He asumido mi parte de culpa en este asunto, que más que culpa es imbecilidad e ingenuidad y me la he tragado, pero lo que tenía que reprochar ha quedado dicho y ya estoy limpio por dentro. La ignorancia hace daño y aunque estoy dispuesto a pasar página esto no se olvida de un día para otro.

A mi orgullo le han dado el alta

Celos. Al final toda esa amalgama de sentimientos se reduce a una sola palabra. Y me lo han tenido que decir. Celos incluye amor, inseguridad, sentimiento de traición, deseo de revancha y mucho mucho de egoísmo. Me atormentaba pensar que podía sentir ese egoísmo asociado a algo como el amor y al final ha resultado ser un sentimiento muy común. Lo he aislado en mi cabeza, lo he asumido como un problema propio y lo he separado del resto de sentimientos que la situación ha provocado. Por el cinismo y la hipocresía en una supuesta relación de amistad sí que tengo derecho a pedir explicaciones. Quiero saber hasta qué punto alguien es capaz de anteponer un capricho a un amigo, si es que se trata sólo de un capricho, saber por qué lo oculta. Puedo perdonar a una gallina pero no a una astuta zorra. Pero desde aquí, desde Barcelona, sólo puedo consumir mi tiempo disfrutando del viaje, unos ratos, y comiéndome la cabeza, otros. Hasta el lunes que vuelva a Madrid, ponga cartas sobre la mesa y dé un nuevo rumbo a mi vida.