30.8.05

Maleteando

Sólo quedan 2 días para mi viaje teutón. En realidad es un paripé, porque en 10 días tengo que volver a Madrid para una operación menor. Así voy despidiéndome gradualmente...
Aún no he empezado a hacer la maleta y debería, porque tengo tendencia a olvidarme cosas y esta vez es por un año entero. ¿Qué puedo decir de la ciudad a la que voy? Pues que fue una ciudad muy importante de Prus1a, una de las más bellas de Alem4nia, por lo que fue bautizada como la Florenc1a del Elba. Desgraciadamente sufrió uno de los más famosos bombardeos de la Segunda Guerra Mundial y lo que queda hoy es casi todo reconstruido o ha desaparecido. Aún así sigue siendo considerada una ciudad de interés turístico, por lo que no debe de estar tan mal. Ya conozco tres barrios: Neust4dt, Altstadt y la zona univerisitaria. N3ustadt (ciudad nueva) es el barrio más alternativo y con más marcha y también el más gay, algo que está bien para una ciudad de 450.000 habitantes. Está al norte, en la otra orilla del Elba. En alemán, en la otra orilla significa de la otra acera. Altstadt es la ciudad antigua. Ahí están casi todos los monumentos y la iglesia de Nuestra Señora, que ha sido reconstruida casi desde los cimientos por suscripción popular y está a punto de ser terminada.
Por último la zona universitaria que está al sur y que no debe de ser muy diferente de las que tenemos aquí en España.
Entre vivir en una residencia de lujo en zona universitaria o una más normal en Neust4dt he elegido la última (y no por el precio, que son asombrosamente baratas las dos). Tiene el inconveniente de que me aleja de la zona de trabajo y, a pesar de la tónica habitual en los viajes Erasmu5, es lo que quiero hacer fundamentalmente. ¿No? Siento temor a la perversión de mi(mediocre) expediente por fiestas y viajes.

29.8.05

A veces es mejor callar

A veces somos (soy!) bastante absurdos.
Ayer salí con Eksar y la situación es cada vez más rara, hay una especie de cinismo flotando en el ambiente. La realidad es que le he cogido bastante cariño y trato de simular que no para prolongar el status quo sine die (toma ya!). Por su parte, sospecho que se ha enamorado de otra persona que no está cerca y mientras tanto yo le vengo bien para entretenerse. Hace como que no se puede entregar más a la relación porque nos vamos de Erasmu5 y yo hago como que me lo creo.
Por otro lado esta noche he puesto en práctica mi parte de la relación liberal quizá como una especie de venganza íntima. También como elixir del olvido. No sé si será muy sano todo esto. Son todo absurdeces.

26.8.05

En resumen

El viaje a Sici1ia fue genial. Hay quien dice que Palermo es sucio, cutre... pues es verdad. Pero ahí está su encanto. Igual que en Roma las casas aprovechaban restos de templos, o las plazas ocupaban antiguos circos, aquí son (infra)viviendas las que ocupan antiguos palacios barrocos. Y es que cuando una ciudad ha sido importante eso se nota. En Sici1ia han estado fenicios, griegos, romanos, normandos, árabes, aragoneses, españoles... y eso también se nota. Hay edificios preciosos de reminiscencias árabes. Hay quien dice que son el germen de las catedrales góticas europeas.
Sici1ia es totalmente mediterránea. La gente saca sus sillas a la calle, da la sensación de que tienen todo el tiempo libre para charlar y estar en la calle. Conducen mal (Italia, al cuadrado). Se come de **** madre. Se nota.
La casa donde nos invitaron era de antiguos pescadores. Toda la cubierta era de azotea. Estaba en primera línea de bahía y se veían las villas, el puerto y el agua azul turquesa. Por la noche yo dormía en la hamaca, en la terraza, con el tintineo de los aparejos golpeando contra el mástil con el viento. Y las olas.
Una noche hizo un viento huracanado que se llevó todo lo que había a mi alrededor: mesas, sillas, ropa tendida, el mismo tenderete. Tardé dos horas en despertarme con todo aquel lío y cuando lo hice me pareció estar en el ojo del huracán Elizabeth.
Aparte de Palermo vimos algunas ciudades interesantes de la costa oriental. Faltó, por desgracia, el Sur y el Oeste. Para otra vez queda. Se admiten invitaciones.
Después vino el pueblo. Vegetar hasta la una. La playa. El río. La montaña. El botellón. La gran cogorza. Lo que viene siendo el pueblo.
Y ya de vuelta a la capital verbenera ultimo todos los preparativos para el gran viaje Erasmus. Dr3sde. Creo que si me hubieran dado B3rlín estaría ahora mucho más tranquilo y eso no tiene gracia. Ahora estoy con la emoción de no saber muy bien a dónde voy. Lo único familiar, el idioma. Pensé en irme a alguna ciudad de Chequia, pero me dio pereza el checo. Hay grandes planes para el nuevo curso y todavía me quedan unos cuantos días por aquí. Y cosas que contar sobre Eksar. Poco a poco.

23.8.05

Los cerdos

Si preguntas en los pueblos de alrededor cómo se llaman los del mío te dirán que "cerdos" (en dialecto local). El pueblo en cuestión no se llama Cerdera de Arriba, ni Cérdalos, ni nada parecido. El gentilicio y el topónimo no tiene nada que ver. He oído que el nombre de los habitantes viene de la costumbre que tienen de apilar el cucho cerca de las calles, (el cuchu o cucho, según la RAE es el abono hecho con estiércol y materias vegetales en estado de descomposición). No sé si es una costumbre sólo de este pueblo, tanto tiempo con una montaña de eso delante de casa hace que consigas no verlas cuando vas a otros sitios.
Cuando era pequeño el pueblo sólo tenía casas, muchas cuadras y una iglesia. Las calles eran de arena y el orín que salía de las cuadras circulaba al lado del camino por un canalito y desembocaba en el río. El río era el mismo que vertía en la playa en la que suelo bañarme. Prácticamente los únicos veraneantes sin familia allí éramos nosotros.
Ahora las cosas han cambiado. Los caminos están asfaltados, los canales son tubos. Las cuadras desperdigadas por el pueblo han pasado a ser una sola en lo alto del monte y ha llegado la concentración parcelaria. Hay una casa rural y se han arreglado muchas otras o se han construido nuevas para albergar a los veraneantes que llegan por la recién estrenada autopista. El río pasa por una depuradora antes de verter al mar.
Sin embargo, los montones de cucho siguen ahí. Ya no huelen, ni afean la vista, ni dan dinero. Ahora son montañas de plantas delante de puertas, al borde de caminos o debajo de hórreos.
La miseria de ese pueblo no estaba en la mierda de vaca, que al fin y al cabo es la más soportable de las mierdas. Lo que ocurre es que hay una especie de afición por ganar para uno lo que era espacio público. Así, por el pueblo también ves montones de piedras (todo siempre cubierto de una espesa vegetación) que un día llegaron allí para no volverse a mover; carros de madera reducidos a sus ejes de permanecer tanto tiempo sin moverse. En general la basura se usa para ocupar el terreno que un día fue de todos, pero que la memoria popular no recuerda.
Cuando las calles estaban sin pavimentar mis padres empedraron el trozo que quedaba delante de casa. Los vecinos tomaron esa obra por el bien común como un intento de apropiarnos el terreno. Desde entonces aparcan siempre el coche allí y realizan actividades varias como pintar puertas, etc. mientras que delante de su casa hay un basurero radiactivo de pilas, medicamentos y leña.

P.D. En el próximo capítulo: el regreso y preparativos Erasmus.