Mi día a día, para liberar mi dentro-dentro.
Mientras colgaba la medalla a la persona equivocada estaba siendo al mismo tiempo apuñalado por la espalda por esa misma persona. Como no me apuñalaban en siete años. El paso del amor al odio es rápido. El cinismo me pone enfermo. Y así, se ha destruido una amistad, y se ha hipotecado cualquiera de las dos posibles relaciones que surjan del entuerto. Eso sí, a tragarme la mitad de las palabras, porque sólo a mí se me ocurre juntar a dos ejemplares como ésos. Bien merecido me lo tengo.
The blond one, one point. Le blond, un point. The brown one, two points. Le marron, deux points.
Estoy cansado de cavar
El viaje a Bulgaria ha sido estupendo. No tanto por la belleza del país, que tiene mucha. De hecho las ciudades que más me han marcado del viaje eran las menos bonitas: Sofía y Burgás. Me ha gustado que todo sea a la vez tan diferente y tan parecido. Todo, excepto las importaciones, cuesta allí un cuarto de lo que cuesta aquí. Por ejemplo, un kebab cuesta 1 lv (0,50€) y el gasto medio en taxi por carrera ha sido de 1,5€... Aún no han conseguido reponerse de la caída del comunismo. En Burgás estuvimos viviendo en una casa alquilada, propiedad de la mujer de la limpieza del hotel en el que nos informaron de que no había habitación. El piso estaba en un barrio depauperado de las afueras, de bloques de hormigón sucios y donde la máquina asfaltadora hacía años que no pasaba. Sin embargo lo que necesitaba esa zona era apenas una operación estética y de reorganización ciudadana: junto a esa casa tan "pobre" había una piscina olímpica y un gran parque mayor que el Retiro, los dos de uso público. Ya quisieran muchos barrios de Madrid tener esos equipamientos. Me di cuenta al volver que muchas casas de aquí son peores. La diferencia es que son de ladrillo, como todas aquí, con las aceras bien pavimentadas y no sabemos ver más allá.
